Pese a lo que afirmen tanto el Ministerio de Cultura como la Secretaria de Cultura del Departamento y el Fondo Mixto Para la Promoción de las Artes del Valle del Cauca, lo cierto es que la comarca vallecaucana quedó nuevamente huérfana en lo que corresponde a proyectos culturales que signifiquen la recuperación, la difusión y el apoyo incondicional a las diversas actividades artísticas e intelectuales que se ofertan en la región. Y no sólo los municipios de la periferia vallecaucana son los afectados por la desidia oficial, en la misma capital de lo que se llamó el país vallecaucano, las instituciones que promueven y ejecutan programas de cultura se ven en serias dificultades financieras para cumplir con sus objetivos, llámense Museo La Tertulia, Orquesta Filarmónica del Valle o Festival de Cine. ¿Qué no diremos entonces de las mismas actividades agenciadas desde la provincia vallecaucana?
Por ello es gratificante encontrar propuestas como la que desarrolla la Fundación La Otra Esquina que sienta sus reales en la ciudad de Bugalagrande desde julio de 2008 y que desde su promulgación oficial viene ofreciendo en el vecino municipio una programación cultural constante gracias al apoyo de entidades como Sinaltrainal, seccional Bugalagrande, y al empuje de su presidenta y director ejecutivo, Margarita Eugenia Escobar Berón y Julián Enrique Fernández Lasso, respectivamente. Hace apenas unos días con la colaboración del Colectivo Por la Memoria y Contra el Olvido, organizaron una Semana Cultural del 19 al 24 de Julio del año en curso, donde presentaron diversas actividades artísticas como música, teatro, títeres, exposición pictórica y mercado de las pulgas en conmemoración a los 25 años del asesinato líder sindical y social Héctor Daniel Useche Berón, a quien se le deben múltiples tareas para el mejoramiento de la calidad de vida de la población asalariada del Centro del Valle, entre ellas la creación de Coocicoimpa.
Todas las presentaciones que se llevaron a cabo en esta jornada por la Memoria fueron sin duda importantes pero quiero resaltar la exposición que se abrió al público el viernes 22 y donde el Maestro Adolfo Albán presentó parte de sus últimos trabajos con el nombre de “Odisea de la Muerte, Episodios Cromáticos”, donde Albán desde el manejo del color sobrecoge al espectador por su acertada mirada a la violencia cotidiana que nos atenaza y que se pretende exorcizar a través de su obra. Vale entonces la pena entusiasmarse con la labor de la Fundación y apoyar su difícil trabajo.
