Seis mujeres imaginan en el mundo. Nos proponen imágenes que parten de su cotidianidad, de sus inquietudes sobre el mundo. Todas tienen diferentes procedencias vitales y profesionales, y desde ahí plantean esa 'otra mirada' -sin que necesariamente eso implique un compromiso de género-.
¿Pueden las imágenes modificar la existencia? A través de esta obra quedará claro que las imágenes modifican el mundo desde la misma existencia; modifican nuestra mirada, nuestros actos íntimos y públicos y nuestro entorno social y político, sin que muchas veces nos demos cuenta de ello.
Liliana Cabrera ofrece dos esculturas policromas en metal: 'Familia', por ejemplo, es un acercamiento a la estructura primordial de la sociedad, en donde módulos articulados proponen un juego entre la certidumbre de la estabilidad estructural, y sensaciones de inestabilidad visual.
Eliana Corredor se centra en las relaciones amorosas: en cómo aman mis amigos. El video propone 3 perspectivas de las relaciones amorosas actuales, en donde lo visual actúa a la vez como contexto y como comentario, como retrato y como metáfora.
En sus fotografías, Paola de la Cruz determina el eje central de sus preocupaciones vitales y profesionales, la relación del espacio arquitectónico con el ser humano. En sus imágenes está la relación espacial y temporal de 3 famosas arquitecturas cercanas al arte: la dimensión de los 'conductos de ventilación del Centro George Pompidou en París', la imponente arquitectura del 'MACBA de Barcelona', y la arquitectura grandilocuente del 'Reina Sofía en Madrid'.
Fernanda Mejía propone una serie de analogías entre el medio del arte y los juegos de azar como el Melate (versión mexicana del Baloto). Como los artistas pueden 'jugarse' la vida para lograr acceder al reconocimiento económico y social, la artista 'se juega la vida' cada 3 o 4 días para alcanzar el premio deseado. Su obra es un comentario sarcástico sobre el ser artista en una sociedad neoliberal y globalizada, mostrando por analogía el absurdo sistema de 'recompensas y premios' que bien pudiera ser el artístico.
Vanessa Quintero nos enfrenta al infinito espacio natural y nos sitúa en la ínfima de la posición de lo humano. Con sus fotos, provistas de una amplia profundidad de campo, se acerca a los paisajes románticos, a aquellas obras que nos hablan de lo sublime; como un sentimiento que se presenta cuando nos enfrentamos al infinito, a aquello que no podemos imaginar en su completa maginitud.
Como socióloga, Ximena Sabogal ha recurrido a la fotografía como herramienta para conocer mejor a sus sujetos de estudio: los cargueros de la zona de Siloé, quienes día a día llevan sobre sus hombros objetos posibles a lugares inverosímiles. Los retratos de estos personajes parecen ir más allá de la mirada científica. Sabogal ahonda en la identidad de cada una de estas personas y les da el estatus de humano que por su función parecen haber perdido.
¿Pueden las imágenes modificar la existencia? A través de esta obra quedará claro que las imágenes modifican el mundo desde la misma existencia; modifican nuestra mirada, nuestros actos íntimos y públicos y nuestro entorno social y político, sin que muchas veces nos demos cuenta de ello.
Liliana Cabrera ofrece dos esculturas policromas en metal: 'Familia', por ejemplo, es un acercamiento a la estructura primordial de la sociedad, en donde módulos articulados proponen un juego entre la certidumbre de la estabilidad estructural, y sensaciones de inestabilidad visual.
Eliana Corredor se centra en las relaciones amorosas: en cómo aman mis amigos. El video propone 3 perspectivas de las relaciones amorosas actuales, en donde lo visual actúa a la vez como contexto y como comentario, como retrato y como metáfora.
En sus fotografías, Paola de la Cruz determina el eje central de sus preocupaciones vitales y profesionales, la relación del espacio arquitectónico con el ser humano. En sus imágenes está la relación espacial y temporal de 3 famosas arquitecturas cercanas al arte: la dimensión de los 'conductos de ventilación del Centro George Pompidou en París', la imponente arquitectura del 'MACBA de Barcelona', y la arquitectura grandilocuente del 'Reina Sofía en Madrid'.
Fernanda Mejía propone una serie de analogías entre el medio del arte y los juegos de azar como el Melate (versión mexicana del Baloto). Como los artistas pueden 'jugarse' la vida para lograr acceder al reconocimiento económico y social, la artista 'se juega la vida' cada 3 o 4 días para alcanzar el premio deseado. Su obra es un comentario sarcástico sobre el ser artista en una sociedad neoliberal y globalizada, mostrando por analogía el absurdo sistema de 'recompensas y premios' que bien pudiera ser el artístico.
Vanessa Quintero nos enfrenta al infinito espacio natural y nos sitúa en la ínfima de la posición de lo humano. Con sus fotos, provistas de una amplia profundidad de campo, se acerca a los paisajes románticos, a aquellas obras que nos hablan de lo sublime; como un sentimiento que se presenta cuando nos enfrentamos al infinito, a aquello que no podemos imaginar en su completa maginitud.
Como socióloga, Ximena Sabogal ha recurrido a la fotografía como herramienta para conocer mejor a sus sujetos de estudio: los cargueros de la zona de Siloé, quienes día a día llevan sobre sus hombros objetos posibles a lugares inverosímiles. Los retratos de estos personajes parecen ir más allá de la mirada científica. Sabogal ahonda en la identidad de cada una de estas personas y les da el estatus de humano que por su función parecen haber perdido.
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